Impresiones de un artista ante la exposición ‘vivir’ de Rossana Zaera
Jose Luis Verdes. Madrid, 1997
Catalogo de la exposición “Vivir”
“Causa verdadera alegría encontrar una exposición como la que presenta Rossana Zaera, teniendo en cuenta los vientos que actualmente mueven las artes plásticas. Vientos cuyos componentes dominantes son producto de la razón, de “lo” mental: El ingenio, la estética, el oficio como única meta, la frivolidad intelectual…De tal modo es así, que los espectadores de cualquier exposición, para expresar “lo sentido” ante los cuadros, suelen todos emplear expresiones como: “es divertida”, o bien “tiene gracia”.
Ninguno de estos adjetivos podría aplicarse a la obra de la Zaera. Ella ha sabido aprender de los maestros, en los que el genio prevalece sobre el ingenio, que para que haya una verdadera comunicación, en profundidad, con los demás a través de la obra, el lenguaje idóneo que se debe usar es aquel que nace en la entraña misma del creador, en su eje diamantino interno alrededor del cual giran sus fantasmas, sus miedos, sus pasiones…En una palabra: su “SER”, no su parte mental. No por ello son rechazables el ingenio, el oficio, el divertimento…, pero estos sólo deben ser utilizados como acompañantes, como vehículos, nunca como meta para la comunicación plástica con el espectador.
¿Podría aplicar con propiedad, un espectador el adjetivo “divertida” para definir la obra de Van Gogh, Cezanne, Picasso, Polock, Bacon o Freud…?
¿Se figuran a un espectador que ante el Guernica o las señoritas de Aviñón (la calle Aviñon, de Barcelona) se expresara en términos de “tienen gracia”?
Rossana Zaera, ha aprendido bien la lección que nos dejaron los grandes maestros y por ello en su exposición, VIVIR, ha aceptado el reto que supone para cualquier ser humano, abrirse en canal, para mostrar al asombrado espectador, impúdicamente, su verdadero “SER”. Esta acción de dar sin medida, tan contraria a la razón, ha sido siempre el verdadero germen del arte. Sin que haya riesgo, el arte nace muerto, no puede haber comunicación de amor.
Cada cuadro de Rossana Zaera es un verdadero autorretrato, sin bisuterías que tapen su desnudez.
El espectador de la obra de Rossana, podrá sentirse implicado más o menos en su misma vibración, porque si bien pienso que en este mundo todos estamos algo locos, no por eso estamos todos en el mismo pabellón.
Lo que evidentemente nadie podrá decir, con propiedad, para definir su obra, es que “tiene gracia”. Esta exposición nada tiene que ver con el arte “light” tan en boga. Aquí no hay frivolidad, amigos.
Sin querer entrar en disquisiciones técnicas analizando su obra, por no hacer más farragoso mi comentario, no quisiera, no obstante, dejar de resaltar un enorme acierto en estos cuadros de Zaera: conceptualmente, me parece perfecta la solución plástica de utilizar como fondo de sus cuadros, un periódico, como símbolo del “diario” vivir de nuestro entorno, y sobre ese fondo ir relatándonos en estremecedoras imágenes los fantasmas de su existencia.”